top of page

INICIO

 

Bogotá ciudad capital con mas de 7 millones de habitantes, cientos de parques, ciclo rutas y mucho entretenimiento. Esta maravillosa ciudad que tras sus encantos, tiene cicatrices que muchos quieren ocultar con el maquillaje de la indiferencia.


Personas que luchan el día a día para lograr sobrevivir en esta jungla de asfalto; son personas de bajos recursos, que por su condición social no han logrado obtener un empleo, en este momento según el DANE hay 80.000 vendedores ambulantes, hasta el momento.​



Es muy fácil mirar los toros desde la barrera, al conocer las verdaderas razones de las personas que por necesidad tienen que salir a las calles a ganarse la vida, llueva o truene deben llevar el sustento a sus hogares.



Como es el caso de Víctor Alfonso Niño, lleva 5 años como vendedor ambulante, su antiguo trabajo era como mesero en un bar del norte de Bogotá, pero dejo este trabajo por el maltrato de sus jefes y de las personas que asistían al lugar,entones decidió comprar un pequeño carro para vender mercado pero no le funcionó porque el mercado se dañaba muy rápido, decidió cambiarlo y empezar a vender dulces.

JORNADA

Todos los días muy a las 5:30 de la mañana se levanta a prepararse su café matutino; con cada sorbo piensa en lo que le deparara el día, si será bueno o malo, si lloverá o hará sol o si estará a salvo de los policías que tanto atormentan a los vendedores informales, como él. aunque ha tenido la estrategia de hacerse amigo de los policías, que ya lo consideran como un amigo del cuadrante de policía. Víctor se ha convertido en los ojos de la autoridad, les colabora cuando ve movimientos extraños.
 

A las 6:00 am víctor sale de su casa ubicada en el 20 de julio, cuenta con orgullo que hizo un préstamo para comprarse una moto para poder trasladarse hasta llegar a su sitio de trabajo.​



Se dirige a un parqueadero que queda en Ciudad Jardín norte, donde muy amablemente le guardan toda su mercancía sin ningún costo o tipo de arrendamiento. Saca su pequeño stand con varias canastas en donde se encuentra su mercancía de manera organizada, no tarda más de diez minutos en acomodar su pequeño puesto informal.

Al final pone cuidadosamente su parasol de diferentes colores que termina dándole un toque de vida a la calle. Cursó hasta cuarto de primaria y desde muy pequeño se vio forzado a trabajar en lo que saliera, por lo tanto descuido esa parte de la educación, esta casado con Carolina y tiene un pequeño hijo que se llama Miguel Ángel;  con lágrimas en los ojos cuenta que es un niño milagro por que tuvo muchas dificultades para nacer.
 

bottom of page